TRELEW - CHUBUT | PATAGONIA | AÑO DOS

lunes, 31 de mayo de 2010

Elecciones: ¿Aprenderán a no ensuciar?

Flaco favor les hacen a sus candidatos, quienes salen a pegar afiches a diestra y siniestra. Si estos nombres que se postulan y su gente respetan así el espacio público, ¿qué cabe esperar en el supuesto caso de que lleguen a gobernar?


Ahora que el reloj volvió a marcar el paso y la celebración por el Bicentenario ya es parte del recuerdo, la agenda pública nos regresa a los temas cotidianos. Uno de ellos, las elecciones de marzo de 2011, en Chubut.
Los pre-candidatos o candidatos ya no se aguantan en las gateras; a los oficialistas, Das Neves les hizo saber durante las últimas horas que dentro de algo más de un mes hará público cuáles son los que gozan de su bendición para figurar en las boletas. Sin embargo, algunos se anticiparon y salieron a enchastrar la ciudad con ansias de que su nombre no pase desapercibido.
Como aún la campana de salida no tocó, da la impresión que todavía estamos a tiempo para hacerles entender a los partidos políticos, a los candidatos, a los punteros y en especial a quienes les toque salir a panfletear que no ensucien la ciudad y que demuestren normas de civismo a la hora de emprender la propaganda.
En noviembre último, en oportunidad de viajar a Uruguay en momentos en que se estaba por desarrollar el ballotage presidencial, en este blog reflejamos la grata experiencia vivida al poder observar el comportamiento ciudadano durante un proceso eleccionario. El respeto que demostraron por el espacio público fue enorme. Gigante. En Colonia, por ejemplo, una ordenanza prohibe pintar paredones y pegar afiches. Sólo se permiten carteles colgados en las copas de los árboles o pegados en sus troncos con cinta de embalar; también pasacalles. Y la ordenanza (¡créanlo!) se cumple. Vaya rareza.
En las últimas elecciones, cuando se eligieron diputados y senadores, las paredes y el mobiliario urbano de Trelew fueron fiel reflejo de la falta de civismo imperante por estas pampas sureñas. Lo paradójico es que esa carencia de educación proviene de las estructuras de los partidos políticos que se postulan para conducir los destinos de una comunidad. Y jamás, encima de males, se los escucha haciendo un mea culpa por el bochornoso atropello que cometen contra los bienes comunitarios. ¿Cambiarán esta vez?

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Estaría bueno que muestren un poco de respeto por la ciudad, pero tengo tantas dudas de que eso suceda...

Ruli dijo...

Nada cambiará. ¿Dónde viste un olmo que de peras?

Anónimo dijo...

Difícil que el chancho vuele ...

Anónimo dijo...

Hace algo más de una semana atrás, toda, pero absolutamente toda Trelew (incluídos frentes de viviendas, comercios, señales viales, paradas de colectivos, árboles, postes y todo lo estático que se les pase por la cabeza) aparecieron empapelados con unos papeles "invitando" a una marcha pidiendo algo así como justicia; no respetaron absolutamente NADA.

LOS GOBERNANTES SON EL REFLEJO DE SU PUEBLO, MAL QUE NOS PESE.

La ciudad está sucia, porque la mayoría de sus habitantes son sucios, simple, basta con levantar la cabeza y mirar gentes y actitudes.

Lector permanente dijo...

A mediados del próximo mes, este espacio que nos convoca periódicamente (aunque no con la frecuencia que desearía), con distintos temas y la posibilidad de a través de la web 2.0 expresar nuestros puntos de vista, cumplirá su primer año en la red.
Crítico seguidor de la editora, desde sus primeras letras manuscritas en incontinentes renglones y sus primeros cálculos de suma y resta esbozados en una escalerita de madera junto a mi querida madre, he leído y releído sus 176 notas. Pero no solo eso, millonario de tiempo, he leído atentamente cientos de comentarios de anónimos lectores, con la idea de al cumplirse el primer año esbozar un comentario global sobre este sitio donde a diferencia con la mayoría de otros espacios, aquí los lectores canalizan pareceres y opiniones sin convertir “el comentario”, en una catártica seguidilla de agresivas imputaciones cobardemente ocultas tras un seudónimo.
En esta nota desde su encabezado se nos plantea un interrogante ¿Aprenderán a no ensuciar?,
Los cuatro comentarios recogidos hasta este momento tienen un factor común tal como desesperanza, resignación e impotencia por una realidad que parece que fuera observada desde una tribuna por espectadores que han perdido la conciencia que en estos y tantos temas son a la vez legítimos actores con capacidad de modificarla mediante su participación.
Ese es el espíritu dominante en la mayoría de los comentarios sobre temas que hacen a la vida ciudadana en comunidad. Si bien es cierto que como dice la editora “alguien lee este sitio en el Municipio” y al tiempo aparecen las respuestas, eso no debe ser criticado, por el contrario es muy bueno ya que ese juego de te cuento y tu corriges, es una moderna expresión del control de gestión desde la comunidad hacia el ocasional gobernante.
Hay coincidencia en que la ciudad está fea, sucia y empapelada con superpuestas capas de textos y rostros de sucesivas campañas con incumplidas promesas a las que ni siquiera el engrudo ha sido capaz de retener. Lo que personalmente me preocupa, insisto, es el tono de resignación de aceptarlo como un hecho inmodificable. Si tomamos conciencia que participar no es solo un juego cada cuatro años de acierto y error en una caja de cartón tal vez el encabezado debería ser ¿Seguiremos permitiendo que ensucien?
En una nota del 6/10/09 a propósito de una publicación infantilmente plagiada en el diario La Nación se mencionó en Llegaron una experiencia de 1969 de la Universidad de Stanford que fuera claramente expuesta por Daniel Eskibel un su artículo Psicología social del delito, cuya búsqueda y lectura recomiendo. Allí se profundiza sobre un trabajo de Wilson y Kelling sobre la criminalidad conocido como La teoría de las ventanas rotas, la que podríamos sintetizar diciendo que cuando la comunidad cede espacios tolerando el descuido, suciedad, desorden y deterioro y se repliega a sus casas todo lo negativo se multiplica y potencia.
En una ciudad donde gran parte de sus habitantes cuida y exhibe con orgullo sus casas, jardines o automóviles es incomprensible aceptar que este anestesiada en lo que se refiere al cuidado de los bienes comunes. NO alcanza con criticar, es necesario una participación más activa, reclamar el cumplimiento o dictado de las normas necesarias para que entre todos logremos mejorar nuestro entorno comunitario. Quizás el desafío sea el de creativamente construir entre todos nosotros sin resignación un espacio con capacidad de concretarlo.
Guillermo O. Castro

Anónimo dijo...

Vuelvo a felicitarte, Giselle. Tu blog se ha convertido en mi principal fuente de información sobre lo que pasa en la Patagonia.

Bartolomé Vedia Olivera

María Giselle Castro dijo...

Bartolo, qué amable sos. Llegaron es tan solo un pequeño reducto en el que intento mostrar algunas de las cosas que ocurren en esta esquina de la Patagonia llamada Trelew. Serían micro noticias desde el punto de vista de un gran diario como en el que vos trabajás, pero macro para una pequeña comunidad como la mía. Me encanta tenerte en mi malón, ¡gracias!.

María Giselle Castro dijo...

A Lector Permanente, y a todos. Es cierto, en poco más de un mes Llegaron los indios cumplirá su primer año. Y si bien sobre la marcha encontré el rumbo que pretendo imprimirle a esta bitácora, el objetivo estuvo claro desde el comienzo, y es el lema del blog: vamos a poner un poco de orden. ¿Qué orden? El necesario e imprescindible para que, quienes habitamos Trelew, vivamos en comunidad, respetándonos unos a otros, con educación y con respeto a las normas y a los valores esenciales que algunos creen que están tan demodé.
Por supuesto que la crítica, por sí sola, no nos conduce a nada pero desde Llegaron se critica aquello que entendemos no está bien y se reclama el cumplimiento por parte de todos de las normas básicas que hacen a la formación de conciencia ciudadana.
"¿En tu casa, tirás los papeles en el medio del living?", me preguntó un profesor del Colegio Nacional cuando, una mañana de hace más de 20 años, me vio tirando un papelito en el aula. La vergüenza que sentí entonces, todavía creo recordarla. Y jamás, como leyeron, me olvidé de aquella lección.
Todo parte de la educación y si quienes, transitoriamente, ocupan un cargo y no hacen nada por crear conciencia y cumplir las ordenanzas, es una mala señal.
Tal vez, en este caso que nos ocupa, a la hora de depositar nuestro voto en las urnas, en marzo próximo, debiéramos pensar en no dárselo a aquellos que muestran, con tanta desfachatez, tremenda desidia con la ciudad que habitamos.

Trelew duele dijo...

Eso había pensado Giselle. Hacer campaña en contra del que ensucia promoviendo el NO VOTO a ese candidato. Por más seductoras que suenen sus palabras y promesas.
Tenemos que decirles bien claro: Si ensuciás, no te voto. Qué me van a venir con proyectos de un futuro mejor y complejas obras de infraestructura si no son capaces de algo tan básico como es mantener limpia una ciudad.
Para mí, y de acuerdo a tus fotos, Eliceche y Pitiot ya están fuera de carrera.

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