TRELEW - CHUBUT | PATAGONIA | AÑO DOS

miércoles, 17 de febrero de 2010

Internet en escuelas rurales

Walter, de camisa y Maxi, el segundo desde la derecha, junto a sus amigos en el inicio
de clases en la Escuela N° 86, de Piedra Parada, que es con internado.


Es temprano por la mañana. El canto del gallo trae la buena nueva. Empiezan las clases en las escuelas rurales y los alumnos están por llegar.
En Piedra Parada, además de un paisaje de postal, hay una escuela, dos maestros, una cocinera, una portera, un motorista, un auxiliar de mantenimiento y una veintena de chicos cuyas voces le imprimen más color al ambiente.
Impecable, con el cabello brillante y ropa de punta en blanco, Maxi Garay, de 12 años, baja junto con otros amigos del colectivo que los lleva y trae de sus hogares. A cada persona con la que se cruza, aún sin haberla visto nunca, saluda con un beso y un buen día. Así todos los que llegaban con sus bolsos al hombro.
Maxi está en la Escuela N° 86 para iniciar el ciclo secundario. Su papá trabaja como lavandero en la Escuela N° 137 de la aldea Costa del Río Chubut (en la región de Gualjaina), donde también viven su mamá y su hermano menor. El otro, Walter, de 14 años, hace dos que es alumno de la escuela a la que ahora ingresa él.
El lugar funciona con internado. Por la puesta en marcha del secundario rural, estará 15 días en la escuela y 15 en su casa. Le encanta, dice. Y cuenta que no se imagina viviendo en otro lugar que no sea en esa meseta que lo vio nacer. "Esquel no me gusta, no me hallo por eso es una suerte que haya secundario acá, sino tendría que irme a una ciudad grande y no quiero", dice.
El tiempo libre en la escuela transcurre entre tardes de fútbol, baños en el río cuando en verano el calor corta la respiración y juegos de mesa. DirecTV, después de la cena.
A Trelew lo conoce sólo de oído y le parece un lugar lejísimo, más allá de cualquier frontera. Esas distancias infinitas están a punto de acortarse en estos días. Gracias al programa "Chubut Conecta", del gobierno provincial, que une a las escuelas rurales a la red de redes, los chicos contarán con Internet y una ventana al mundo se abrirá delante de ellos.
-¿Qué les gustaría que tuviera la escuela?, pregunté
-Yo quiero Internet, dijo Walter
-¡Yo no, no me gusta!, respondió Maxi
-¡Qué hablás, callate! ¿Cómo sabés que no te gusta, si no lo conocés?, inquirió su hermano mayor
-Pero sé que no me va a gustar, insistió muy seguro.

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