TRELEW - CHUBUT | PATAGONIA | AÑO DOS

lunes, 26 de julio de 2010

Rutas: imprudencia sin límites

La ruta nacional 22, entre Bahía Blanca y Médanos, en deplorable estado. Son largos kilómetros en los que la falta de inversión del Estado se hace evidente.
El Renault Clio siniestrado en el kilómetro 47, de la ruta nacional 251, en cercanías de Conesa. Un matrimonio y su pequeño hijo, vecinos de la localidad chubutense de Río Mayo, fallecieron en el acto. El accidente ocurrió durante la mañana y se investigan las causas. Fotos: Conesa 24 e Informativo Hoy


Circular por las rutas argentinas es algo bien parecido al juego de la ruleta rusa. No es novedad, lamentablemente. En los caminos es donde muchos individuos sacan a relucir lo peor de sí. Su vida, como la de sus familias y la de terceros, les importa nada. Maniobras bruscas, velocidades inusitadas, sobrepasos en subidas o curvas, con nula visibilidad, zigzagueos entre distancias mínimas.
Al volante de últimos modelos, recién salidos de las concesionarias, los conductores demuestran sentirse omnipotentes. Parecen creer, además, que están en el circuito de Mónaco pero estos enanos mentales, no perciben que están en un camino abierto, público y que en sentido contrario, también circulan vehículos. La imprudencia que despliegan es un imán para que ocurran tragedias.
"Señor, si está apurado vaya a cargar a la estación de enfrente. Esto no es un pits", le dijo enojado ayer un hombre que cargaba nafta en la estación YPF de Conesa, al conductor de un VW Vento con dirección al sur, que refunfuñaba por la espera.
"La gente está loca, sale a la ruta a correr. No les alcanza con ver a los tres muertos que hubo hace un rato, acá cerca, por el accidente entre un auto y un camión", siguió diciendo, en referencia al siniestro en el que un matrimonio de Río Mayo y su pequeño hijo, fallecieron.
A la inconciencia casi colectiva que reina al volante, se suma el manejo de los camiones y el deplorable estado de las rutas nacionales. Largos kilómetros de las rutas 3 (en la región pampeana) y 22 están virtualmente intransitables, sin demarcación horizontal ni vertical y son un terreno fértil para que se produzcan accidentes.
En cuanto a los camiones, forman entre ellos larguísimos gusanos de acero con esa particular costumbre que tienen de circular pegados, uno detrás del otro, sin dejar espacio para el sobrepaso, amén de la velocidad que llevan que supera mucho los 90 kilómetros que tienen permitidos.
Salir a la ruta es una lotería porque son muchos, muchísimos, por impericia y negligencia, los potenciales asesinos al volante.

1 comentario:

Marilú dijo...

¿Y qué decir de los adultos que usan el cinturón de seguridad pero en el asiento de atrás llevan a sus hijos SUELTOS, sin ningún tipo de protección?

Publicar un comentario