TRELEW - CHUBUT | PATAGONIA | AÑO DOS

jueves, 1 de abril de 2010

Actitud mezquina

Un rato después de que la novia descendiera bajo la lluvia, la mujer de la Meriva se corrió y el vehículo de la novia pudo estacionar frente a la iglesia.

Digamos que es una anécdota callejera, pero que sirve para pintarnos de cuerpo entero sobre cómo somos como personas. Ayer llovió. Mucho. Habrán sido 30 minutos de lluvia copiosa y tal vez, la bella joven que a las 18 entró en la Parroquia María Auxiliadora para casarse jamás pensó que el día de su casamiento iba a caer tanta agua del cielo. Pero cayó.
Su llegada a la iglesia coincidió con la salida de la escuela. El lugar era un caos de autos en doble fila y llegar hasta el frente de la iglesia, demandó unos cuantos minutos. Pero justo enfrente de la parroquia, donde los autos acostumbran estacionar para que las novias desciendan tranquilas, una señora (tal vez sin recordar el día que ella misma se casó, suponiendo que lo hizo) ni se inmutaba ante el juego de luces que le hacía el chofer del vehículo de la novia. Tampoco respondió al pedido de una mujer con peinado de peluquería y vestido largo, que no dudó en zambullirse bajo la lluvia para golpearle el vidrio y rogarle que se corriera. No tuvo suerte. No se corrió.
Monseñor Gustavo Miatello esperaba adentro para iniciar la ceremonia. Y a la novia no le quedó otra alternativa que bajar. Lo hizo entre autos estacionados en doble fila: recogió su hermosísimo vestido color té con leche, pasó por un finito pasillo entre dos autos y saltó a la vereda.
Los familiares trinaban. Quien conducía el auto de la novia, bajó exasperado. Pero la mujer, ni mú. No tuvo la educación, la cortesía, la nobleza, la amabilidad, ¡como quieran llamarlo!, de comprender la situación y pensar en esa otra persona que pedía su colaboración.
Mientras, comía facturas y cogoteaba hacia la izquierda, para no perderse detalle del vestido de la novia.

4 comentarios:

Marta R. dijo...

Esas imagenes de la vida cotidiana que muchas veces reflejás en el blog son, como decís vos, actitudes que nos muestran qué poco civilizados estamos, mirando solo nuestro propio ombligo. está bueno ponerlo en evidencia porque en una de esas espantándonos de como somos, empecemos a cambiar. Bien por llegaron los indios!

Sí quiero dijo...

El auto de la energúmena es ese ¿Volkswagen? plateado que se ve en la foto. Dale Giselle, se más generosa. Poné la foto ampliada así vemos la patente y organizamos un escrache para desagraviar a la pobre novia.

María Giselle Castro dijo...

No, es la Meriva que se está yendo un rato después de que la novia ingresara. Igual, para olvidar ese mal trago, hay que hacerle saber que para los supersticiosos casarse con lluvia trae suerte: novia mojada, novia afortunada, dicen... pero el escrache no vendría mal!!

Anónimo dijo...

Las mujeres que van a buscar niños a la escuela creen que pueden pasar por sobre todo el mundo. Los inspectyores de tránsito deben cumplir su tarea y hacer que estacionen donde corresponde.

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